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Seguramente se preguntarán por qué un director español quiere rodar una película en India. Pues yo tampoco me lo hubiera imaginado, pero así es… INDIAN WAY es la historia de dos hombres que desean cambiar un destino que parece escrito de antemano. Este es un tema de interés general para públicos de edades y países diferentes, una historia con la que todos podemos identificarnos, de ahí mi fascinación por Indian Way.
La India es un lugar increíble donde se entremezcla lo viejo y lo nuevo, la tradición y la modernidad. Un país lleno de cultura, filosofía, ciencia y religión. Visité India por primera vez en 2004. Durante mi viaje se produjo un tsunami en el sudeste asiático, provocando miles de víctimas. Entonces me convertí en corresponsal del periódico El Faro de Vigo, cubriendo las noticias del desastre en el sur de India. De vuelta a España, y a partir de aquella experiencia, me senté a escribir esta película.
INDIAN WAY es una “footmovie”, road movie “a pie”, una historia de superación, contada en un país de leyes milenarias. En un momento histórico de crisis como el estamos viviendo, se avecina una revolución social, económica y moral a escala planetaria. En este sentido INDIAN WAY es una metáfora de búsqueda de un cambio en un entorno que se resiste a cualquier tipo de cambio. Nuestros protagonistas lucharán por creer que este cambio de lo viejo a lo nuevo es posible (un cambio a la escala de sus vidas particulares). En este sentido INDIAN WAY es una historia fascinante, tanto desde el punto de vista del contenido como desde el punto de vista formal. En la película se plantean temas universales: el límite de la amistad, la supervivencia como forma extrema de convivencia. En INDIAN WAY quedan reflejados también problemáticas y asuntos propios de la idiosincrasia india: la pobreza, el sistema castas, el cambio económico vertiginoso de un país en vías de desarrollo que no deja atrás su tradición milenaria. En la India se entremezcla cotidianamente la dureza de la realidad más cruda, con una especie de misticismo y espiritualidad que lo impregna todo. Esta atmósfera de miscelánea de ensueño y crudeza realista es la que prevalecerá en el largometraje INDIAN WAY. Mi deseo es rodar la película con un equipo internacional reducido. En estas condiciones es más sencillo captar la vida de lugares reales, aprovechando la genuina idiosincrasia india, rodando en localizaciones naturales, alguna de ellas declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Una de las referencias e inspiraciones para INDIAN WAY es el film In this World, dirigida por Michael Winterbottom. Esta película refleja el espíritu independiente y la frescura que deseo imprimir a mi largometraje. Indian Way también posee, desde el punto de vista formal, una estética poética, cercana al espíritu de las películas indias del maestro Satyajit Ray, y especialmente con Pather Panchali (Song of the Little Road). Me fascina la mirada de Ray, su sensibilidad, la manera de aproximarse dramáticamente a los personajes, su generosidad, su humanidad, su falta de prejuicios y su libertad creativa, a pesar de las restricciones económicas, sobre todo en sus primeras películas. Tengo la fuerte convicción de hacer esta película con honestidad, dignidad y pasión. Me siento ilusionado con la ardua tarea de producir y dirigir una película de estas características, y hacia ello mi equipo y yo enfocamos nuestros esfuerzos para que el proyecto de largometraje INDIAN WAY se lleve a buen fin.
David Blanco, director de INDIAN WAY.
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